miércoles, febrero 6

Amor a Primera Vista. Parte Final.

- Vení, vamos a preparar más globos con agua, Guido ya preparó un balde para el solo.- Le dijo Rene a una encantada Nubia que no hacía más que seguirlo y sonreirle con recatada emoción. Caminaron por el pasillo de la lateral del garage que daba a la parte trasera de la casa en donde había un par de piletas de lavandería, una máquina de lavar ropa, y otra para secarlas. Al llegar Nubia saludó a Guido, el amigo de Rene, quien había preparado ya un gran balde con varios globos de agua en su interior. Guido tenía la piel tostada por el sol o quien sabe era de por sí un moreno de cabello liso con un corte bien rebajado, tenía los labios finos y una nariz bien respingada, era un poco más alto que Rene, pero no por eso más atractivo, en realidad Nubia encontraba a Rene mucho más atractivo que Guido quien al verlo lo saludó varonilmente y luego se dispuso a cargar su balde de municiones para llevarlo en la parte delantera de la casa, Nubia supuso que era ahí en donde se daría la confrontación de municiones globísticas*.
- Acá hay dos baldes, y estos son los paquetes de globos, es un balde para cada uno.- Rene la miraba con un brillo de sorna en sus negros ojos lo que le hizo pensar a Nubia que estaba siendo socarrón y que además estaba seguro de que con su amigo Guido la derrotarían, cosa que a ella le daba menos importancia que el origen de la materia ya que por el hecho de estar con el preparando municiones para un simbólico juego ya significaba demasiado. Lo miró con una fingida inocencia y gracia y prosiguió a llenar los coloridos globitos con agua fría. Cuando parecía estar a punto de terminar y bastante concentrada en su nueva tarea Rene le pregunta:
- ¿Cuántos años tenes?.- Mmm, una pregunta normal, sin demasiadas curiosidades vergonzosas que revelar, pensó Nubia sin ruborizarse, por esta vez..
- Nueve.. Y vos?.- Le devolvió la pregunta para saber si en verdad era un chico sociable o si solo lo hacía para hacer pasar la pequeña pausa para la preparación de las municiones, pero Rene le respondió:
- Diez.- Le sonrió con un tinte de seguridad y dándole a entender que porque era un año mayor que ella tenía todas las de ganar en la batalla de los globos de agua. La niña se llevó las manos a ambos muslos en gesto de secarse las manos, ya que por fin había terminado de preparar sus municiones, mientras lo hacía no notó que Rene había desaparecido, levantó la vista y luego volteó hacia la lateral del garage por donde habían entrado antes y se encontró con una puerta discreta justo detrás de ella, que raro que antes no lo había notado, pensó curiosa mientras asomaba tímidamente su cabeza para ver a que parte de la casa correspondía esa entrada de la casa, se trataba de la cocina, era pequeña pero no por eso menos elegante y sobria, toda de color blanco, lo único oscuro que encontró fue el vidrio polarizado del microondas que estaba ubicado encima de una enorme heladera también blanca que compartía espacio con varias repisas perfectamente ubicadas por todo lo largo y estrecho de la parte posterior de la cocina, en una esquina estaba ubicada una lisa mesa de madera maciza de color rojizo que tenía otra especie de mesita giratoria en el centro, estaba parada inmóvil admirando la sencilla belleza de la cocina cuando vio a Rene acercarse hasta ella y le dijo:
- Veni, vamos a empezar a jugar de verdad.- Nubia no pudo evitar reír por el fingido tono de voz malévolo de Rene y soltó una de sus típicas carcajadas sonoras. Luego calló, no quería espantar a aquel chico con su llanto de guacamayo cautivo, pero Rene empezó a reír también, Nubia supuso que se reía de su risa, y soltó otra risita cómplice mientas caminaban hacia la entrada principal de la casa en donde el imponente portón de hierro blanco yacía abierto a la espera del inicio de la tan ansiada confrontación de globos. La cual inició cuando Nubia apenas y bajaba su balde de municiones, Guido lanzaba a Rene, Rene a Nubia, Nubia a Guido y luego a Rene, los tres reían catárticamente y en menos de tres segundos ya estaban empapados, signo de las municiones que recibían y daban. En un momento dado Guido fue a recargar sus municiones y quedaron solamente Rene y Nubia en combate, la niña tomó un discreto globito rosa e hizo amague de lanzarlo hacia Rene, luego se detuvo y sonrió y el chico le dijo:
-Tirame! Dale, tirame. Le pedía Rene, ella le sonrió y le arrojó el explosivo líquido que traía en la mano y luego rió llevandose una mano a la boca como quien ríe de una travesura.
- Mackie! ¿Qué estas haciendo?.- Rayos!!! La voz de una persona muy conocida por su enfado e ira desenfrenada, Nubia desvió la vista hacia la puerta de la entrada principal y ahí estaban la madre de Rene, su madre cruzada de brazos y su malicioso hermano Isaac, la niña no hizo más que mirarse los pies y examinar su aspecto, bueno, no era el mejor de todos, pero al menos se estaba divirtiendo.
- Inma, dejales que jueguen, no importa si se mojan, tengo una toalla para Mackie.- Le decía la madre de Rene a Doña Inma. Nubia respiró hondo y miró de reojo a Rene, que parecía incómodo por la llamada de atención que le hicieron a la niña, su madre la miró y asintió, salvada por esta vez. Era un alivio, francamente ser retada en frente del primer chico que la atraía y frente a su madre no era lo más divino del mundo. Siguieron combatiendo quince minutos más, hasta que llegó la hora de irse, Nubia se despidió de Rene, y le dijo a éste que fuera a conocer su casa alguno de estos días con su madre, el chico asintió y se despidió también de su madre y de Isaac. Subieron al coche de la madre de Rene, quien se había ofrecido a llevarlos de vuelta a su casa. Al voltear la primera esquina, Nubia giró para ver por última vez a Rene, quien se alejaba a reunirse con su amigo Guido, y silenciosamente, se llenó los ansiosos pulmones de aire y echó un profundo suspiro, uno de los primeros que soltaría en su vida. No sabía a ciencia cierta si volvería a verlo, pero confiaba en que la buena amistad que su madre había entablado con la madre de Rene, los llevaría a su casa.. Alguno de esos días, quien sabe. Lo único que Nubia sabía era que estaba enamorada.

FIN!

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