domingo, marzo 31

Esclavos modernos

En fin, un mes más que se va. Que puedo decir, o mejor dicho sobre que me puedo quejar esta vez, sin tener la necesidad de llenar espacios con relatos amorosos que sucedieron en mi infantil pasado.
La sociedad se está poblando mayormente de individuos que viven, duermen, respiran y se mueven en beneficio, por y para sus respectivos teléfonos celulares. Y es que el mercado es tan ingenioso que a medida que avanzamos tecnológicamente va convirtiendo a ese aparatito demoníaco en algo sumamente indispensable y vital como lo es el hecho de respirar, descansar y comer.
Es cierto que no puedo generalizar  por que aunque me cueste creerlo, todavía existen personas que lo utilizan nada más con FINES LABORALES, lo que quiere decir que no lo inmiscuye en asuntos post-laborales como ser, una salida con amigos, una foto sobre lo que cenaré o alguna que otra tontería de esta índole.
Y el resto?
Sí, el resto, como le dije anteriormente, vive para y por sus respectivos celulares.
Lo cual desde años ha venido evolucionando monstruosamente convirtiendo al ser humano en la peor de las aberraciones consumistas.
Si no tienes tu blackberry , tu Smartphone, tu Ipod, tu Ipad, tu Samsung galaxy SIIIIIIIII, o cuanta porquería tecnológica mas NO SOS NADA. NO SOS NADIE.
Es tan simple y fácil como decir, no tienes un documento de identidad que te identifique como persona.
Niños, adolescentes y adultos, (ancianos incluso) caen en la embaucadora trampa publicitaria de que la vida es mejor, más fácil, divertida y llevadera con uno de esos artefactos y que serán más fácilmente aceptados socialmente con uno en la mano.
La gente ya no HABLA, se envían mensajes al celular.
La gente ya no LEE LIBROS, se envían mensajes al celular y se la pasan el día pegados a esos móviles.
La gente ya no disfruta del lugar al cual fue a distraerse, se la pasa pegado a su celular como una lapa.
El ser humano se volvió esclavo de sus propias cosas.
En fin, que más puedo añadir, me imagino un universo paralelo, en donde los artefactos tecnológicos nos usan a nosotros, que aberrante.