2020

Bueno, muchas cosas me pasaron desde que dejé de escribir.
La vida pasó y no tuve tiempo de escribir. Terminé una carrera, empecé a estudiar un posgrado y sigo con algunos proyectos que no sé si saldrán bien, pero esperemos que sí.
Dedicaré esta primera entrada del año al primer altercado que tuve  hoy en el trabajo.
Una compañera de trabajo faltó, asi que tuve que cubrir su puesto (atención al cliente, cosa que detesto) siendo a las 11:30 aproximadamente llega un sujeto con dos muletas, algo nervioso e histérico, sudando a cántaros y apoyándose falsamente (creo yo) a sus muletas diciendo que iría a recursos humanos a denunciar atentados y blablabla. Ok. mi yo interior me decía 'calmate, respira, no pasa nada, no le digas nada malo, no le digas nada malo, no le digas nada malo, era un mantra que me repetía y me repetía a mi misma sabiendo bien que haría todo lo contrario hasta que exploté y le dije que se podía ir hasta en la conchinchina a denunciar lo que se le antojara y entré a la oficina porque tenía que preparar un documento para otra persona que estaba esperando.
Luego el individuo empezó a filmar diciendo que fue agredido y maltratado y en fin. No me pude controlar, mi genio malvado asomó su fea cara y explotó, hizo cortocircuito. Ok, mi jefa me dijo que tengo que controlarme más y hacer caso omiso a las amenazas de las personas porque no será la primera ni la última vez que vendrán personas así a decir estupideces.
Bien, el quid del punto es que el sujeto comenzó a filmar y a decir el nombre del local, que supuestamente fue agredido y muchas tonterías más. Mi jefa habló con el y calmó las aguas. Pero que mal 3 de enero. En serio. Por eso odio atender a las personas. Y apredí la lección: el celular es el arma mas letal que existe y si alguien viene nervioso y alterado tengo que hacer caso omiso, respirar y contar hasta 10.
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10
y decir 'está bien señor/a, enseguida será atendido/a'