miércoles, abril 17

Que esperar, cuando no esperas nada.

Crecer es tan aburrido como ir a misa.
Hacer cosas de adultos es tan aburrido y odioso como despertarte temprano para ir a trabajar.
Los niños son felices, pero es un secreto, ellos aún no lo saben. Sus únicas preocupaciones están totalmente limitadas a su diversión y bienestar, solo ellos importan, el resto puede seguir su curso normal, o bien irse a la mierda.
Retroceder el tiempo y volver a mi infancia, creo que sería un fastidio, porque francamente, tener que volver a cursar la primaria, aprender a leer, a sumar, a multiplicar, aguantar estúpidos trabajos manuales de artes plásticas del colegio (cosa que jamás me ha salido bien) y por encima de todo volver a las épocas de obligar a mi mama a ir a las tontas reuniones de padres.. Pff... Que fastidio.. 
Obviando todo lo demás, me gustaría volver a sentirme como antes, como cuando no tenía preocupaciones, ideas trastornadas que revolotean por mi mente y por sobre todo, era capaz de dar y recibir muchos abrazos de mis seres queridos, ahora soy tan arisca cuanto un fétido felino domesticado, y si me dan un abrazo o doy un abrazo (especialmente a mi mama) se me forman ampollas lacrimales en los ojos y mi garganta se cierra... Si, es bastante raro, es algo que no tendría que pasarle a una persona, pero sí. Me pasa a mí. 
Me quejo de todo, interiormente claro, de lo contrario sería menos aceptada por la sociedad de lo que soy ahora (o eso creo). 
También interiormente, o exteriormente soy una anciana en el cuerpo de una chica de veinte años. Y la pregunta es, ¿Alguna vez seré capaz de adaptarme?.. ¿Alguna vez seré capaz de realizar todo lo que esperan de mi?
La presión que está instalada en la vida de los adultos es lo que por lo general actúa como condicionante en todas mis decisiones, lo que indica que sí; naturalmente y aunque no me caiga en gracia me da a comprender que estoy, soy, voy a camino, soy, ya soy una a-d-u-l-t-a.
Crecer no es divertido, claro que algunos, o la gran mayoría le encuentra mucha gracia a crecer, y hacer cosas de gente grande, salir, divertirse, manejar un coche, beber alcohol, o que se yo. 
Yo, sinceramente hablando, aún no le he encontrado la gracia.

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